Como consultora analizamos los elementos clave de lo que era la empresa, lo que la caracterizaba, la competencia nacional e internacional y el posicionamiento que querían obtener en el mercado.
Hablamos con algunos de los expertos más relevantes a nivel mundial en el sector de Aceite de Oliva e incluso tuvimos la oportunidad de contar con las opiniones y consejos de Petrula Vontrikis, jurado para packaging de uno de los principales concursos internacionales de Aceite de Oliva que se desarrolla en la Feria de Los Angeles.
Definir una imagen y una marca para un producto que pretende ir casi exclusivamente al mercado internacional y en particular a los Estados Unidos no era tarea fácil. La opinión de expertos y gurús del mundo del aceite como el italiano Franci, o Fiebig, Pinatel, Oberg, Costa, Romdhame, Lacaste, etc. nos hicieron comprender la diferencia que hay entre el aceite de calidad y el aceite gourmet y la importancia de que el aceite, su nombre, su botella y la propia almazara fueran únicos.
Analizamos qué hacen sus principales competidores italianos, cómo miman cada detalle del producto y de la imagen y desarrollamos junto a los diseñadores tres propuestas de nombre, de logotipo, de etiquetas, de botellas y de tapones. Salimos de nuevo por Europa y Estados Unidos y preguntamos a posibles compradores o prescriptores con cual de las opciones lográbamos mejor el posicionamiento que se buscaba.
Con toda esta información los diseñadores gráficos dieron forma e imagen a las expectativas detectadas en el marcado.